La Xunta reconoce que la marea roja que paralizó hace mes y medio la actividad mejillonera en Galicia debido a la elevada toxicidad de las aguas es "la más grave" de este siglo. Estas fueron las palabras de ayer en la Comisión de Pesca del director del Instituto Tecnolóxico do Mar (Intecmar). Xosé Manuel Romarís admitió que la marea roja que mantiene cerrados desde octubre prácticamente la totalidad de los polígonos de mejillón es la peor de los últimos años, por lo que indicó que entiende que el sector esté "descontento".
La producción mejillonera de Galicia en la actualidad no alcanza el 20% de la cosecha habitual de este sector en la recta final de año. Por ello, bateeiros, depuradores y comercializadores dan por perdida la campaña navideña de 2005, que supone casi el 40% de la facturación anual.
Romarís anunció que los últimos análisis realizados indican una permanencia de la toxina paralizante (PSP), poco frecuente en aguas gallegas, así como de la diarreica (DSP), principalmente en la boca de las rías, por lo que en un principio "no se prevé una pronta desaparición de la marea roja".
"Existen niveles altos de toxinas que no hacen previsible la apertura de polígonos en un nivel elevado", esgrimió Romarís, quien puntualizó que ayer mismo se cerró a la actividad un polígono en Cangas. De momento se ha decretado la apertura de nueve plataformas de bateas en Sada,
A Pobra, Redondela y Vigo. "En Arousa previsiblemente se abran dos", adelantó Romarís. Para agilizar los análisis de toxinas, petición que el propio sector ha reiterado en numerosas ocasiones, el director del Intecmar anunció que la Consellería de Pesca estudia técnicas alternativas a las oficiales de los bioensayos que se realizan con cobayas y que precisan un período de 24 horas para conocer si los resultados de alta presencia de toxina son negativos o positivos.
Romarís explicó que el objetivo es reducir el tiempo de espera a doce horas ya que las 24 horas supone "mayor demora" en los resultados y, por tanto, "más dificultades" de comercialización de un producto fresco. Por estos motivos, anunció que Pesca confía en que en el "plazo más breve" técnicas alternativas al bioensayo, como métodos químicos o ensayos en vitro, "puedan ser reconocidas como oficiales para de este modo reducir el tiempo de espera". Además, Romarís destacó que se ha comprobado la "eficacia y rapidez" de estas técnicas alternativas, al tiempo que indicó que "coinciden" con el objetivo establecido en la UE de "limitar" el uso de animales para bioensayo.
Por otra parte, recordó la línea de ayudas abierta por la Consellería de Pesca para cierres prolongados superior a los cuatro meses o cuando avalen que las pérdidas comerciales por este motivo suponen más del 35% de la producción. Finalmente, Romarís aclaró que, aunque se trata de una de las mareas rojas con el nivel de toxinas "más alto" de este siglo, en años anteriores se han registrado también cierres "que en algunos casos llegaron a superar lo 300 días y un amplio número de polígonos los 200". Por su parte, el diputado popular José Fervenza Acosta advirtió de que la reducción del período de tiempo para conocer los resultados de 24 a 12 horas debe estar basado en decisiones "científicas y no políticas".
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