La tripulación del pesquero vigués Urgain Bat se amotinó esta semana a bordo en aguas de Gran Sol debido a las diferencias con el armador por una cuestión del pago de salarios. Los marineros, que se rebelaron el martes en plena faena al no recibir lo que esperaban de la casa armadora, obligaron a los mandos del barco a regresar a Galicia, a donde llegaron ayer por la noche. Al llegar a puerto, los tripulantes acudieron al juzgado para solicitar el embargo de la mercancía del pesquero.
La rebelión a bordo se produjo, según fuentes de la casa armadora Pesquera Carbal, SL, por el retraso en el pago que la tripulación había solicitado en reiteradas ocasiones. José Cabral Ferro, armador del Urgain Bat, explicó ayer en Vigo que los marineros pidieron el lunes un adelanto salarial y, al comprobar al día siguiente que el depósito no se había producido todavía, ejercieron medidas de presión a bordo. Llevaban siete días de marea y 150 cajas de merluza en la bodega. Pero el desencuentro con la casa armadora llevó a los pescadores a plantar su trabajo.
A su llegada a Vigo, los marineros justificaron su decisión por la desconfianza que les inspira la armadora, que dejó de pagar los salarios a dos tripulaciones anteriores, según los amotinados.
Cabral Ferro aseguró ayer que el armador está dispuesta a ingresar por adelantado ese dinero que los marineros reclaman, que oscila entre los 600 y los 1.100 euros, no obstante, y según sus palabras, el pago no pudo hacerse efectivo el martes al ser una jornada festiva en España. El empresario insiste en que el día festivo impidió gestionar las transferencias en el plazo que la tripulación había exigido. Esto es lo que ha adelantado ayer el armador del Urgain Bat, sin embargo, y dada la trascendencia de la protesta a bordo, ni la propia casa armadora conocía las intenciones de la tripulación antes de que ayer llegasen al puerto vigués.
Los marineros dejaron de hacer el martes su labor a bordo, según palabras del armador notificadas por el propio capitán de la embarcación. "Están de fiesta y se niegan a trabajar", aseguró ayer Cabral Ferro. El empresario, que ha informado de los hechos a las autoridades marítimas del puerto de Vigo y a la Policía Nacional aunque todavía no ha presentado denuncia, asegura que es el primer motín a bordo en alguno de sus pesqueros. La armadora tiene tres embarcaciones, dos de ellas operan en aguas de Gran Sol y otra se dedica al pez espada.
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